Lavadero Público de Cercedilla

Cercedilla posee una extraordinaria riqueza hidrológica, por lo que no sorprende la abundancia de fuentes y manantiales de la villa. En Cercedilla han existido 8 antiguas fuentes: del Barrancón, del Corralón, del Matadero, del Carmen, del Ayuntamiento, del Bolo, de los Rincones y del Tomillar. De éstas, subsisten todavía las tres últimas.

A dichas fuentes urbana se añadió este lavadero hacia 1945, construido en las cercanías del arroyo de la Teja o de Abajo, en el borde oriental del centro histórico.

Este edificio se remodeló en 2007 para utilizarlo con fines culturales. El arroyo antaño usado para lavar ha sido cubierto con una gruesa cristalera que permite observar su cauce y la delicada vegetación que se desarrolla sobre él. El escudo de Cercedilla preside el testera de la fachada situada en la cara norte.

Lugar de trabajo… pero también de reunión

En relación con la abundancia de agua y con el veraneo, es esta comarca se desarrolló el oficio de la lavandería. La lavanderas eran mujeres que lavaban la ropa a mano, la forma más antigua de realizar esta labor doméstica, obteniendo ingresos por esta tarea. Hasta bien entrados los años 60, muchas mujeres utilizaban los lavadero para lavar la ropa de su casa, utilizando jabón y ceniza para blanquear, y algunas de ellas lavaban ropas de otras familias, hoteles, sanatorios, etc… Las mujeres llegaban con la ropa cargada a la cadera o a la cabeza, y salían con la colada limpia o con agua para la casa.

Los lavaderos eran un punto neurálgico en la vida del municipio, congregando a numerosas mujeres, especialmente de las clases populares, y constituyendo su principal lugar de relación social, donde no eran bien recibidos los hombres. Aquí hablaban, compartían confidencias y cantaban, en un ambiente relajado y a veces festivo.

Fotos de Lavadero Público de Cercedilla