antes de su extinción definitiva como asociación. El edificio se mantuvo en una situación de abandono ante la imposibilidad económica de acometer una reforma que le devolviera a su función original. Durante algún tiempo sirvió como almacén de grano para el Servicio Nacional de Trigo de la provincia de Madrid.
En los años cincuenta se sucedieron sin éxito varias iniciativas municipales para reacondicionar sus instalaciones como sala de teatro y de proyección cinematográfica. Pero el impulso definitivo no vendría dado hasta los años setenta