Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales

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Antecedentes históricos de la Real Academia de Ciencias

En 1582, durante el reinado de Felipe II, se creó la Academia de Matemáticas de Madrid, antecedente de la moderna Academia de Ciencias. Surgió del ambiente creado por la convivencia de los cosmógrafos con los arquitectos e ingenieros civiles al servicio del monarca y también con destacados artilleros e ingenieros militares.

En la iniciativa pesó, por un lado, la preocupación existente en la España del último tercio del siglo XVI por fomentar la enseñanza de las matemáticas con vistas a sus aplicaciones de carácter pragmático, con vertientes tan distintas como el cálculo mercantil, la fundamentación de la cosmografía, la astrología y el arte de navegar, o el uso para problemas concretos del arte militar y la técnica de la construcción.

La idea de la fundación de la Academia de Matemáticas partió de Juan de Herrera, que fue también su primer director (1583-1597). Fechada su fundación en Lisboa, por cédulas despachadas el 25 de diciembre de 1582, la Academia comenzó a funcionar en octubre del año siguiente en dependencias del Alcázar Real y, poco después, en un edificio propio cercano a la puerta de Baldanú, en la calle del Tesoro (solar correspondiente a la tierra hoy ocupada por el Teatro Real) En 1612, con motivo de grandes cambios en las dependencias reales, la institución se trasladó a casa del marqués de Leganes que tenía su fachada a la calle ancha de San Bernardo, donde ejerció su labor hasta que, alrededor de 1630, todas las propiedades, rentas e instrumentos de la Academia fueron entregados al Colegio Imperial.

Posteriormente, tras el florecimiento en Europa durante el siglo XVII de las Academias de ámbito científico, en 1734 se fundó la Real Academia de Medicina y Ciencias Naturales que, poco después, el marqués de la Ensenada encargó a Jorge Juan independizara en sus dos ramas científicas, llegando a redactarse en 1752 el Plan de Ordenanzas para la Sociedad Real de Ciencias de Madrid.

Este proyecto y la Academia se hundieron con Ensenada en su caída en 1754. Hubo que esperar al 7 de febrero de 1834 para que se produjera un nuevo intento: el decreto de creación de la Real Academia de Ciencias Naturales de Madrid, que, trece años después, fue declarada suprimida al otorgarse el Real Decreto de creación de la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, el 25 de febrero de 1847. Desarrolló su primera andadura en varios alojamientos (en el Museo Nacional de Pinturas, en la Torre de los Lujanes), hasta llegar, en 1897, a su sede actual en el edificio de la calle Valverde, números 22 y 24 (locales que anteriormente ocupaba la Real Academia Española).

Real Decreto de creación de la Real Academia de Ciencias

Por Real Decreto de 25 de febrero de 1847, siendo Mariano Roca de Togores ministro de Fomento, Instrucción y Obras Públicas, fue creada esta Corporación con el nombre de Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, y declarada al propio tiempo igual en categoría y prerrogativas a las Reales Academias Española, de la Historia y Nobles Artes de San Fernando, que por entonces existían.

Además se establece su composición en 36 académicos, de los cuales la mitad, sólo por esta vez, serán de designación real y los restantes elegidos por éstos.

A su vez, se declara suprimida la Academia de Ciencias Naturales de Madrid. En el Salón de Actos Mayores de la Universidad de Madrid se celebró la sesión solemne de la instalación pública de la Academia el día 25 de abril de 1847, a los dos meses de haber sido fundada.

Una Real Orden firmada el 4 de marzo había nombrado los 18 primeros académicos de designación real, y otra, de la misma fecha, nombraba presidente interino a José Solano de la Matalinares, marqués del Socorro, quien ocupó el cargo hasta el 8 de marzo del año siguiente en que se designaron en propiedad los cargos académicos.

Estatutos de la Real Academia de Ciencias

La Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales adoptó los estatutos que ella misma redactó, en cumplimiento de lo dispuesto en el artículo sexto del Real Decreto de creación.

Fueron aprobados, de conformidad con el dictamen favorable del Consejo de Instrucción Pública por Real Orden de 23 de diciembre de 1847.

A lo largo de los años se han ido introduciendo una serie de modificaciones, aconsejadas unas por la experiencia y otras para dar cabida a disposiciones de carácter general relativas a todas las Reales Academias.

Por Real Decreto de 19 de enero de 1979 se aprobaron nuevos Estatutos, de acuerdo con la propuesta elevada por la Corporación a la Superioridad. Nuevamente un Real Decreto de 28 de septiembre de 2001 (B.O.E. del 18 de octubre) establece una modificación del artículo sexto de los estatutos, por la que se eleva a 54 el número de Académicos Numerarios y a 90 el de Correspondientes Nacionales.

La herencia y el legado del Excmo. Sr. D. Aníbal Morillo y Pérez, Conde de Cartagena.

D. Aníbal Morillo y Pérez (Madrid, 1865 — Lausanne, 1929) fue embajador de España en Rusia (San Petersburgo) y delegado de España en el centenario de la independencia de Venezuela. En su testamento, otorgado el 16 de julio de 1929, dejó dispuesto un importante legado a las Reales Academias Española, de la Historia, de Bellas Artes de San Fernando, de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, Nacional de Medicina y al Patronato del Museo Nacional del Prado, para fines diversos, como la creación de cátedras de estudio en dichas Corporaciones o la concesión de premios, becas, etc.

D. Aníbal era nieto de Don Pablo Morillo y Morillo, primer Conde de Cartagena de Indias y primer Marqués de La Puerta (Fuentesecas, Zamora, 1775 — Barèges, Francia, 1837), hijo de campesinos gallegos que alcanzó gran fama como militar, destacando su participación en la Batalla de Trafalgar y, durante la Guerra de la Independencia, en la Batalla de Bailén. Después de la Batalla de Vitoria es nombrado teniente general. Enviado por Fernando VII a pacificar Venezuela y Nueva Granada, conquista la plaza fortificada de Cartagena de Indias, lo que le vale el título de Conde. En la guerra por la independencia de Venezuela lucha contra Simón Bolívar al que vence en la Tercera Batalla de La Puerta, siendo herido de lanza en el estómago (ello le valió el título de Marqués de La Puerta). Tras unos años difíciles como Capitán General de Venezuela, no exentos de acciones reprobables, regresa a España y tras participar en la Guerras Carlistas en el bando constitucional tiene que exiliarse a Francia donde fallece. Hoy reposa en el cementerio de San Isidro de Madrid.

Ocuparon la Cátedra Conde de Cartagena de la Real Academia de Ciencias los Académicos D. Miguel Antonio Catalán y Sañudo, D. José María de Albareda y Herrera, D. Antonio Colino López, D. Ricardo San Juan Llosá y D. Germán Ancochea Quevedo. Y fueron becarios de su Fundación Conde de Cartagena los Académicos D. Baltasar Rodríguez-Salinas y Palero, D. José María Ríos García, D. Julio Garrido Mareca y D. Adriano García-Loygorri y Ruiz.

La Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales contribuyó, proporcionalmente con el resto de Corporaciones legatarias, para que se erigiera en Zamora una estatua de Don Pablo Morillo, basada en bocetos de Ramón Abrantes.

Fuente: Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales

Fotos de Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales

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