Museo del Ferrocarril

    » Camino de Santiago » Madrid Capital » Ruta de los Palacios y Monasterios » Ruta de los Puentes

El Museo del Ferrocarril está situado en la antigua Estación de Delicias, el Museo tiene como objetivos principales la recuperación, custodia y difusión del patrimonio histórico, cultura, científico y tecnológico ferroviario.

La Exposición permanente del Museo del Ferrocarril se compone de las siguientes Salas:

Nave Central: En la nave central, bajo la marquesina inspirada en la de Henri de Dion, se ubica el espacio de andenes y vías donde están expuestos las locomotoras, automotores y coches que constituyen la parte principal de la colección del Museo del Ferrocarril de Madrid. El espacio queda delimitado por el discurso que se realiza en cada una de las cuatro vías sobre las que se sitúan los vehículos, junto a los que se ubican paneles explicativos. Además, en los andenes contiguos se sitúan también algunas piezas menores que complementan la información.

Sala de Relojes: El interés por la precisión en la medición del tiempo y los avances técnicos derivados de ello tuvieron, a lo largo del siglo XIX, una estrecha relación con la evolución del ferrocarril. Éste necesitaba una dotación numerosa de relojes en la multitud de instalaciones relacionadas con el servicio ferroviario, como gabinetes de circulación, talleres, depósitos de locomotoras, factorías de mercancías, oficinas administrativas y un largo etcétera. De ahí que las compañías ferroviarias tuvieran un gran interés en colocar en sus estaciones principales grandes relojes procedentes de las firmas europeas más prestigiosas con los que, a modo de moderna torre de iglesia o de ayuntamiento, ofrecer la hora a todos los ciudadanos.
En este contexto, el Museo del Ferrocarril de Madrid dispone de una serie de relojes y sistemas de relojería que se utilizaban habitualmente en las instalaciones y oficinas ferroviarias.

Sala de Modelismo: En la Sala de Modelismo niños, jóvenes y adultos pueden disfrutar de tres maquetas animadas de distintas épocas y escalas. La visión del movimiento de diferentes vehículos ferroviarios en miniatura fascina al visitante y le traslada a paisajes reales e imaginarios. Siguiendo su circulación por puentes, túneles, estaciones e instalaciones ferroviarias, el espectador va descubriendo un gran número de escenas, detalles y recreaciones… una representación a escala de la realidad.

La tendencia natural del hombre a reproducir a tamaño reducido todo aquello que le rodea tomó un nuevo impulso con la aparición del ferrocarril. El atractivo de las locomotoras, coches y vagones surcando el paisaje hizo que, casi en paralelo a la implantación del ferrocarril, se iniciase la fabricación de juguetes, modelos y maquetas que evocaban este nuevo medio de transporte. La nueva industria despertó una irrefrenable pasión por su coleccionismo y un gran entusiasmo por la construcción de maquetas, actividad que actualmente constituye el pasatiempo favorito de millones de aficionados.

Sala de Infraestructura: en el sistema ferroviario resulta esencial garantizar una infraestructura adecuada para que la circulación de trenes se haga con la mayor eficiencia. Por esto, con el nacimiento de las primeras empresas ferroviarias, se establecieron grandes departamentos para la construcción y el mantenimiento de estas infraestructuras. Estos departamentos se denominaron en un primer momento Servicio de Vía y Obras, y se ocuparon principalmente de mantener en buen estado de uso las obras de grandes dimensiones, como túneles y puentes, o los carriles, traviesas y balasto; pero también, conforme se hacía más complejo y completo el sistema ferroviario, atendían el mantenimiento de las señales de circulación de los trenes, de los enclavamientos mecánicos que las movían o de la supervisión de las primeras líneas electrificadas que se instalaron.

Enclavamiento de Algodor: En el sistema ferroviario, un enclavamiento es una instalación de seguridad que permite controlar a distancia el movimiento de entrada y salida de los trenes en estaciones de tráfico muy denso y con varias vías de acceso. El principio bajo el que se diseña un enclavamiento es el de permitir el mayor número de movimientos de trenes en la estación de modo simultáneo sin que sean incompatibles. Esto es, no pueden entrar a la misma vía dos trenes o no pueden transitar por la misma aguja dos locomotoras en el mismo momento. Esto quedaba garantizado mediante un complejo sistema de llaves y cerraduras que impedían la apertura y cierre de señales para maniobras incompatibles. Se conoce como sistema Bouré y está diseñado de tal forma que al hacer un itinerario sólo se liberan las llaves de los aparatos y palancas que correspondan a ese itinerario, siempre y cuando no sea incompatible con otro movimiento ya programado.

A este sistema complejo de gobernanza de la circulación de los trenes, que es la antesala de la informatización actual de los puestos de mando, se llegó en un lento proceso de modernización, ya que en un primer momento todos los movimientos de agujas y señales que se hacían en las estaciones no tenían garantizada la seguridad y todo se dejaba en manos de la habilidad del jefe de estación que daba las órdenes oportunas según la demanda de tráfico.

El enclavamiento hidráulico de Algodor se construyó en 1929 por la empresa Bianchi-Servettaz italiana, siendo instalado por el servicio de Vía y Obras de la compañía MZA, que ya había realizado instalaciones similares en estaciones como Madrid-Atocha, Villaverde Bajo, Alcázar de San Juan, Sevilla-Plaza de Armas, Chinchilla, Albacete y Arcos de Jalón. El primero de ellos fue el de Villaverde Bajo, que se instaló en 1891. Este enclavamiento de Algodor fue retirado del servicio en el año 2000 cuando se sustituyó por uno electrónico, tras cerca de 70 años de servicio casi ininterrumpido, pues comenzó a funcionar en 1932 y sólo cesó entre 1936 y 1941 por la Guerra Civil.

Tiene 110 palancas, de las que 70 son para mover señales y 40 para cambios de aguja. En la estación había dos puentes de señales. El que tenemos aquí delante es parte de uno de ellos, otra parte se puede visitar en el Museo del Tren de Arganda del Rey, mientras que el otro puente completo se encuentra en Algodor. Para manejar toda la instalación, contaba con 15 km de tuberías distribuidas por toda la estación. Además de las señales que vemos en el puente, también había otras repartidas por la estación, como las señales avanzadas, las de entrada y los discos de maniobras.

El enclavamiento que vemos en Delicias procede de la estación de Algodor, que es donde se cruzaban las líneas Madrid-Ciudad Real y Madrid (Castillejo)-Toledo. Estas líneas están hoy clausuradas porque su traza se utilizó para las líneas AVE Madrid-Sevilla y Madrid-Toledo. La estación continúa en servicio dado que es el acceso, por vía convencional, a los talleres de AVE de La Sagra. El edificio que aloja el enclavamiento es una réplica del original que se encuentra en la estación de Algodor y sus dimensiones son 7,28 metros de alto, incluyendo el semisótano, 2,55 metros de ancho y 13,10 metros de largo.

Horarios

De martes a domingo, de 10.00 a 15.00 h
Cerrado: todos los lunes (incluidos festivos), del 12 al 30 de agosto (ambos inclusive), y los días 1 y 6 de enero, 1 de mayo y 25 de diciembre.

Fotos de Museo del Ferrocarril

¿Quieres valorar y comentar sobre este lugar?

Madrid
Cómo llegar