destacando su esbelta espadaña de donde penden las campanas.
Su portada exterior es mudéjar y se accede a través de ella a través de un arco de entrada de medio punto.
En su interior se conserva una pila bautismal medieval y un retablo barroco en el presbiterio.
Se conoce también por documentos y restos arqueológicos la ermita de San Sebastián y la ermita de La Soledad