en las afueras en dirección a Navalagamella. Su estado de conservación es espléndido al haber sido restaurado y convertido en visitable por la Comunidad de Madrid.
A finales de 1938 el mando del ejército nacional programa la defensa de los cruces de las principales vías de comunicación de la zona oeste de la Sierra de Madrid. Para ello deciden construir fortificaciones de hormigón tanto en primera línea como en la retaguardia