El Municipio de El Atazar está situada a unos 76 km de Madrid (zona de turismo de la Sierra Norte y Valle Bajo del Lozoya de Madrid), en el norte de la región, cerca de la provincia de Guadalajara, a unos 995 metros de altitud sobre el nivel del mar y tiene una superficie de 29,50 km2. Ubicada en la comarca del valle bajo del Lozoya, tiene una situación insuperable. Se halla a media ladera, con vistas el embalse de El Atazar y rodeada de montañas. Su entorno es naturaleza en estado puro. La ingeniería de la presa que ha tomado el nombre de este municipio y el entorno en el que aquélla se halla son sus dos principales atractivos.
El Atazar tiene su origen, en el siglo XII, con la repoblación de un enclave vigía musulmán por parte de pastores procedentes de Sepúlveda.
Posteriormente pasó a pertenecer al señorío de Buitrago en 1368. En 1490 don Íñigo López de Mendoza, marqués de Santillana, concedió a El Atazar el título de villa, que llevaba aparejada una cierta autonomía. Sus escasos vecinos eran ganaderos y agricultores. En el XVIII había numerosas colmenas para la elaboración de miel y algunos viñedos. En 1833, El Atazar quedó integrado en la provincia de Madrid. La industrialización y la Guerra Civil afectaron a su población y formas de vida. Durante el siglo XX, muchos de sus habitantes emigraron a los núcleos industriales del entorno de Madrid. Desde hace unos años El Atazar ha recobrado vitalidad, gracias al turismo de naturaleza que atrae visitantes durante los fines de semana y vacaciones. Además, ha recuperado algunos vecinos —entre ellos varias parejas jóvenes—, hijos del pueblo que han vuelto a vivir a la localidad.
La población se organiza en abanico a partir del ayuntamiento. En sus calles en cuesta sobre la ladera, abundan el verde y las flores; olivos y porches emparrados crean agradables rincones. Conserva una interesante arquitectura popular serrana, con muros de lascas de piedra asentadas a seco y estructura de madera, que le hicieron merecedor del título de Núcleo de Interés Rural. Destacan la antigua fragua y la casa —en su día vivienda y cuadra— situada en las calles Nogal e Iglesia. Las nuevas edificaciones guardan armonía con el núcleo antiguo. Entre las de uso público, destacan el consultorio y el ayuntamiento, obras recientes de calidad.
La iglesia de Santa Catalina, en la plaza de la Constitución, data de los siglos XVI y XVII. Es un edificio sencillo, con espadaña y dos grandes vanos para las campanas. Su interior quedó despojado de sus retablos durante la Guerra Civil.
La localidad está bordeada, al norte, por un agradable paseo. Junto a él se encuentra el parque de las Eras, donde se han recuperado los antiguos empedrados en los que se realizaba la trilla. Constituye un soberbio mirador hacia las montañas del entorno, entre las que destacan el monte Pinilla (1.389 m) y el monte Somosierra (1.493 m).
Son de gran importancia:
— Las fiestas de Santa Catalina, patrona local, el 25 de noviembre. Estas fiestas estaban ligadas a la matanza, rito que se ha recuperado en los últimos años.
— La fiesta de la Vaquilla, en febrero, coincidiendo con los Carnavales. En Carnaval, una vaquilla de madera asusta a los vecinos disfrazados.
— Más recientes, las fiestas del primer fin de semana de agosto, con música, juegos y animación por parte de las peñas, atraen a gran número de vecinos y visitantes.
Información útil
Oficina de Turismo de la Mancomunidad del Embalse de El Atazar. Real, 47.
El Berrueco. Tel. 918 68 60 64. www.mancomunidadembalsedelatazar.org Ayuntamiento de El Atazar. Tel. 918 68 60 98.
Sportnatura (actividades en el Área Recreativa Náutica y alrededores).
Tel. 914 03 61 61 / 918 68 61 04.
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