Inicio » Reportajes sobre Madrid » El Barrio de Chueca
PUBLICIDAD




El barrio de Chueca es un barrio pequeño pero lleno de vida. Debe su nombre a una pequeña plaza dedicada al compositor madrileño de zarzuelas Federico Chueca, nacido en la Torre de los Lujares en la Plaza de la Villa en 1846. En esta plaza se encuentra también la estación de metro de Chueca. El barrio es conocido hoy en día por ser uno de los centros neurálgicos de la noche madrileña.

Está delimitado por Paseo de Recoletos, Gran Vía, calle de Fuencarral y Fernando VI. Podemos situar el núcleo central del barrio entre las calles de Fuencarral y del Barquillo.

Chueca es sin duda el barrio más cosmopolita de Madrid. En numerosas ocasiones es comparado con el SOHO de Nueva York. El barrio de Chueca destaca por sus calles estrechas, repletas de bares, restaurantes y comercios, y por su activa vida nocturna y diurna. El barrio está en constante desarrollo, con rehabilitación de edificios, tiendas, restaurantes y locales. Todo este proceso de cambio coexiste con restos del Madrid más tradicional. Está considerado como un barrio emblemático de Madrid por los turistas que visitan la ciudad.

Pero no siempre fue así. En los años 1970 la prostitución callejera y la droga pululaban en él, lo que llevó el barrio a una profunda degradación y abandono de los locales comerciales.

Afortunadamente todo cambió a partir de los años 1980, momento en el cual se decide dar un giro de 180° a todo lo que hoy representa el barrio. Una gran cantidad de personas pertenecientes a la comunidad gay madrileña adquirieron muchas de las viviendas y los locales, cuyo traspaso fue favorecido por el deterioro del barrio. Su propósito fue crear un mejor ambiente, alegre, festivo y ante todo, respetuoso. Hoy en día pasear por las calles de este barrio representa conocer a algunos de sus bares, tiendas, casas, pequeñas discotecas y pubs, que tienen una decoración bastante agradable. En los años 1990 se convirtió definitivamente en el barrio gay de Madrid, al haber sido progresivamente elegido como lugar de esparcimiento y residencia de gran parte de la comunidad homosexual madrileña, desde unos 10 años antes.

Uno de los mayores atractivos turísticos de Chueca son las fiestas de celebración del Orgullo Gay, que tienen lugar anualmente a finales de junio. Las fiestas empezaron, primero en la calle Pelayo, ya en 1986, y fueron conquistando espacios. La plaza de Chueca entró en juego en 1994, para no salir NUNCA.

Los señoriales edificios de Chueca contrastan con el ambiente multicultural y el bullicio que se vive en sus calles y en las terrazas de los bares. La zona es un claro ejemplo de la sociedad actual y está habitada no sólo por el principal colectivo homosexual de Madrid, sino también por gente joven y por un importante colectivo de inmigrantes de distintas nacionalidades. Además de sus castizas calles, en Chueca destacan dos plazas mayores, la Plaza del Rey y la Plaza de Pedro Zerolo, auténticos hervideros de gente que va y viene sin parar.

Vivir en Chueca, sin embargo, no está al alcance de cualquier bolsillo. Su privilegiada situación en el centro de Madrid, su genuidad y su cosmopolitismo convierten al barrio en una de las zonas más caras de la ciudad, junto con los distritos de Salamanca, Chamartín, Chamberí, Retiro y Moncloa.

Chueca tiene una inmensa y variada oferta de restaurantes: desde tabernas de toda la vida, hasta las más modernas o exóticas. Es un barrio ideal para pasear por sus calles semi-peatonales y descubrir todo tipo de locales atractivos. En las calles Libertad y San Marcos se encuentran toda una serie de restaurantes modernos y con personalidad estilo Nueva York. (Café Diurno y Bazaar son dos buenos ejemplos).

La calle Fuencarral está llena de tiendas de moda de un estilo joven y moderno, hay tiendas de diseñadores jóvenes y delegaciones de todas las grandes marcas: Diesel, Puma, Adidas, Hoss… En la calle Augusto Figueroa hay tiendas de ocasión de zapatos de marca. Las calles Almirante y Prim concentran las tiendas de moda y zapatos más chic y caras.

Otro de los atractivos del barrio son la gran cantidad de bares de tapas que se pueden encontrar en él. Le proponemos conocer algunos de ellos: Se puede empezar por ir al bar Eleven, un moderno lugar situado en la Plaza Vázquez de Mella, 11. Pero si lo que prefiere es sentir el aroma del tapeo andaluz, el Bocaíto es su bar, situado en la calle Libertad, 6; o Los Jiménez, en la calle Barbieri, 14. Si prefiere los pintxos vascos puede ir a Txueca, situado en la Plaza Vázquez de Mella, 10. Isolée es además de bar, una tienda moderna, digamos cool, que se encuentra en la calle Infantas, 19.

Una de las mejores terrazas de la zona se encuentra en la calle Fuencarral, 43, y su nombre es Lateral. Pero si prefiere decantarse por la comida tradicional, el bar StopMadrid puede ser el suyo; se encuentra en la calle Hortaleza, 11. Uno de los mejores bares de tapas de Chueca es El Respiro, situado en la calle Infantas, 34, ya que dan tapas gratis y sirven las cañas de forma generosa.

Los mejores vinos se pueden probar en Vinoterapia Barbechera, un bar situado en la calle Gravina, 6. Las tapas creativas están en Baco y Beto, en la calle Pelayo, 24. También en Ángel Sierra Bodega, en la calle Gravina, 11. Uno de los locales con más gente es La Bardemcilla, local que ha cambiado de nombre para llamarse actualmente «La Tercera Taberna», en la calle Augusto Figueroa, 47. Si quiere probar setas puede ir al Cisne Azul, en la calle Gravina, 19.

Otros bares de tapas en Chueca son: Bristolbar, Dos Caminos, Gastromaquia, La Turba o Vivares 37.

Como hemos dicho, el centro neurálgico del barrio es la Plaza de Chueca de la que recibe el nombre. La plaza se llena de terrazas cuando hace buen tiempo y en torno a esta plaza gira la vida de Chueca. En un lado de la plaza está la Bodega Ángel Sierra un bar que conserva intacto todo su encanto de 1900, con sus pinturas murales en el techo, para anunciar el vermuth de Reus.

Justo detrás de la plaza de Chueca se sitúa el mercado de San Antón, ya famoso en el siglo XIX. Pérez Galdós lo cita en la segunda parte de su novela «Fortunata y Jacinta». En el año 1945 se construyó un gran mercado con materiales muy baratos de posguerra: grandes pilares y hormigón. Fue totalmente renovado y el nuevo mercado se inauguró en el 2011. Situado en la calle Augusto Figueroa nº 24, ocupa una enorme superficie, de 7.354 m2. Exteriormente el edificio es una moderna mole compacta de ladrillo. Hormigón, ladrillo y acero es lo que vemos también en el interior; sus puestos y diseño se adaptan al carácter cosmopolita y vanguardista del barrio.

PUBLICIDAD




Otras dos plazas son importantes en este barrio:

La Plaza del Rey (denominada en el siglo XIX Plaza del Almirante) está ubicada en un lateral del primer tramo de la Gran Vía de Madrid. Está delimitada en uno de sus extremos por la calle Barquillo y la calle de las Infantas. En esta plaza destaca la Casa de las Siete Chimeneas, que debe su nombre precisamente a que cuenta con 7 chimeneas, y en la actualidad acoge dependencias del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Es el edificio más antiguo de todo este barrio, pues data de 1577. El proyecto original se debió a Antonio Sillero y, aunque ha sufrido numerosas obras de restauración, su traza se mantiene muy semejante a la primitiva. Sirvió de vivienda al marqués de Esquilache, ministro de Carlos III, que concitó las iras de los madrileños por sus decretos destinados a cambiar los modos de vestir de los ciudadanos. La casa fue saqueada por el pueblo amotinado el 23 de marzo de 1766 y a punto estuvo de ser incendiada, cosa que se evitó cuando corrió la noticia entre los asaltantes de que el edificio era propiedad de un español, que lo había alquilado al odiado ministro italiano.

El edificio, aunque muy austero, es francamente hermoso. El parque que se encuentra delante fue originalmente el jardín de la casa.

En el lateral de este parque encontramos una estatua dedicada al teniente Jacinto Ruiz y Mendoza, héroe de los acontecimientos de la sublevación del 2 de mayo contra la ocupación francesa; murió por las heridas recibidas durante la batalla un mes después de las mismas.

Enfrente de la Casa de las Siete Chimeneas, al otro lado de la plaza, hay un precioso palacio que todavía pertenece a los herederos de Godoy.

La plaza de Vázquez de Mella (denominada anteriormente plaza de Bilbao y plaza de Ruiz Zorrilla, entre 1931 y 1939, en honor del dirigente republicano del siglo XIX Manuel Ruiz Zorrilla). Es de planta rectangular y está ubicada en las cercanías de la Gran Vía. Se denomina así en honor al político tradicionalista español Juan Vázquez de Mella y recibió su actual nombre tras el fin de la Guerra Civil. Uno de los laterales de la plaza, el número 7, es conocido por haber sido el lugar donde se encontraba la vivienda del ilustre madrileño Ramón de Mesonero Romanos (una placa ubicada en la plaza lo atestigua). Está rodeada de una combinación de fachadas decimonónicas y otras más modernas, bajo su suelo se sitúa uno de los aparcamientos municipales más originales de la ciudad. Obra de la arquitecta Teresa Sapey, su entrada está decorada con un gran lazo rojo (símbolo de la lucha contra el sida), mientras que su interior lo conforman una serie de espacios de decoración colorista, con neones, grandes fotografías y citas del Infierno de la Divina Comedia de Dante.

No debemos olvidar algunos hermosos edificios que se encuentra en el barrio de Chueca:

La magnífica Iglesia de las Salesas Reales, en la calle Bárbara de Braganza. En 1748 la reina Bárbara de Braganza funda este Convento de las Salesas Reales como colegio para las hijas de la nobleza y posible residencia a la que retirarse en el caso de que su esposo, Fernando VI, muriese antes que ella; ya que a principios del siglo XVIII esta zona era la periferia de Madrid. Finalmente la reina murió en el Palacio de Aranjuez antes que el rey y ambos fueron enterrados en la iglesia del convento dentro de un mausoleo diseñado por Sabatini. Hoy el convento es la sede del Tribunal Supremo y la iglesia de Santa Bárbara, la parroquia principal del barrio.

Desde fuera llama la atención la majestad de la escalera y su elegante fachada en estilo rococó. En su interior, además del mausoleo, destacan las proporciones armoniosas de la nave. El edificio fue diseñado por el arquitecto francés René Carlier, autor también de los jardines de la Granja de San Ildefonso, y Francisco Moradillo, encargado finalmente de dirigir la obra. Su fachada principal está compuesta por 8 pilastras, sobre las 4 centrales se levanta un ático con una vidriera representando a Santa Bárbara. Destaca la cruz de piedra del frontón flanqueada por dos ángeles de rodillas y las dos torres a ambos lados de la fachada.

En la calle Mejía Lequerica, junto en la frontera con la calle Sagasta se encuentra la Sociedad de Autores, el palacio de Longoira, un curioso edificio en el que destacan grandes esculturas de lagartos escalando hacia la azotea, por lo que también se la conoce como la casa de los Lagartos. Es uno de los mejores y escasos ejemplos de la influencia del estilo de 1900 de la arquitectura austríaca en Madrid. Fue construido en el año 1903 sobre un proyecto del arquitecto José Grasses Riera. El banquero Javier Longoria quiso que se construyera en estilo modernista. La influencia de Gaudí en la fachada del edificio es evidente. Es un edificio de planta estrecha. El angosto solar hizo que tuviera una fachada muy ancha pero muy poco fondo -–cinco metros– por lo que es once veces más largo que ancho. La estrechez del edificio se aprecia en las fachadas de la esquina de Mejía Lequerica con San Mateo. El edificio sigue también las directrices del modernismo austriaco, mucho más racionalista y menos recargado que el francés o el belga. Esta corriente encabezada por Otto Wagner está en la línea de lo que se construía, a finales del siglo XIX y primeros del XX, en Viena. En su interior, la escalera, rematada en lo alto por una vistosa vidriera, es de una gran originalidad, armada en hierro con mármol y con una barandilla de bronce profusamente decorada.

El Museo Municipal,en la misma calle de Fuencarral. Es un edificio barroco de Pedro de Ribera con una hermosa portada esculpida por Juan Ron en 1726. Este edificio fue en sus orígenes el Hospicio de Madrid, institución que daba albergue a los huérfanos de la villa.

Detrás del museo se abren los Jardines del Arquitecto Ribera, donde se encuentra una estatua dedicada a la memoria de Mesonero Romanos, uno de los más famosos cronistas de la ciudad. También está en los jardines la Fuente de la Fama, una de las más hermosas de Madrid, proyectada en estilo barroco por Pedro de Ribera.

En el número 78 de la misma calle de Fuencarral se encuentra el Museo de Historia de la Ciudad, uno de los más bellos ejemplos del barroco tardío español. Fue construido en 1726 como Hospicio de San Fernando, su maravillosa fachada de 1726, es obra de Pedro de Ribera. El museo ilustra las artes, la industria y la vida cotidiana de los madrileños desde que fue nombrada capital en 1561 hasta hoy: incluye 60.000 piezas, entre ellas pinturas, esculturas, grabados, porcelanas, monedas y postales.

El Museo Nacional del Romanticismo, en la calle de San Mato, 13, es un museo de titularidad estatal. Conserva una importante colección de objetos históricos y artísticos, centrada en la vida cotidiana y las costumbres del siglo XIX, con especial atención a la corriente estética del romanticismo. En un primer momento, el museo era conocido con el nombre de Museo Romántico, pero tras la reforma que concluyó en el año 2009 se adoptó el nombre actual. Ocupa el antiguo palacio del marqués de Matallana, edificio de trazas clasicistas de Manuel Martín Rodríguez, quien se encargó de su construcción en 1776.

PUBLICIDAD




Autor

David Navarro

Fotógrafo y enamorado de Madrid, lleva 5 años recorriendo toda la Comunidad de Madrid y fotografiando todos sus pueblos. Me puedes oir todos los domingos en Ondamadrid en Hoy en Madrid Fin de Semana

Visita 360º

Contenido relacionado


PUBLICIDAD