Inicio » Reportajes sobre Madrid » 10 lugares imprescindibles para ver en Madrid
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Nadie discute que desde los albores de la humanidad, la Comunidad de Madrid ha sido un lugar marcado en los planos de la Historia. Pero, mucho antes de que el ser humano poblara este “triángulo mágico”, esta tierra ya había sido bendecida por la esencia de la naturaleza. Los elementos naturales (fuego, agua, tierra y aire) siempre la han engalanado para mostrar al visitante su máximo esplendor. Evocará recuerdos, añoranzas y sentimientos propios difíciles de igualar. El fuego le ha otorgado una personalidad propia, el agua ha traído color y vida, la tierra ha permitido recordar el origen y, por último, el aire, el aire ha impregnado cada metro cuadrado para que nos encontremos en un escenario irreal.

Ha llegado el momento de descubrir la Comunidad Autónoma de Madrid de una manera diferente, dejando de lado las guías y los grandes itinerarios turísticos. La propuesta será diez panorámicas, diez visitas imprescindibles que te marcarán y no podrás olvidar.

  1. Olmeda de las Fuentes,
  2. Chinchón,
  3. Pantano de San Juan,
  4. El Atazar,
  5. Manzanares El Real,
  6. Navalcarnero,
  7. Peñalara,
  8. El Paular,
  9. Patones de Arriba
  10. Buitrago del Lozoya.

Son instantáneas donde fuego, agua, tierra, aire y magia se convertirán en protagonistas. Recorreremos la región de norte a sur y de este a oeste para atesorar experiencias que el viajero no podrá dejar escapar en su vida. Lo que permanece semioculto se mostrará a la luz desdibujando las sombras.

El primer elemento que llama poderosamente la atención es el fuego. El intrépido visitante pensará que no podemos encontrar ese tipo de destinos en el centro de España. ¿Hay volcanes en Madrid? Cierto, no hay magma, pero al menos existen dos lugares relacionados con esta temática. No hay sorpresas, quizás metáforas.

Hay fuego en Olmeda de las Fuentes o, al menos, sol. Este es uno de los primeros municipios de la Comunidad de Madrid en recibirle. Los rayos impregnan sus particulares y coquetas casas para mostrarnos que el blanco está más presente que nunca. Una luz lo ilumina, es como una especie de nieve cálida. Cuando uno se encuentra allí, recuerda que Andalucía está más cerca de lo esperado.

Constituye un enclave de pintores porque decenas de artistas han acabado asentándose aquí a lo largo de los años por su clima, sus paisajes y su arquitectura. Es muy recomendable iniciar la ruta dedicada a ellos con paradas en las fachadas de sus casas (José Frau, Joaquín Balseiro, José Vela, Ricardo Toja, Secundino Rivera, Álvaro Delgado, Alberto Moreno, Luis García, Francisco S. José y Eugenio Fernández).

Sin embargo, la verdadera panorámica no se encuentra en la Plaza de la Villa o en la calle Real. Es un amanecer desde la propia carretera. Contemplar el pueblo con sus casas encaladas y presidido por la iglesia a primeras horas de la mañana debe ser una delicia.

Los rayos del sol empiezan a intensificarse y precisamente fuego es lo que se necesita para forjar una espada. Una de las series de más éxito de la televisión española (Águila Roja) tuvo uno de sus momentos elementales en esta comarca. La figuración de la batalla entre españoles y portugueses transcurrió en el castillo de Chinchón y ese escenario es la segunda panorámica. Desde el Castillo de los Condes del siglo XV, que llegó a ser incluso fábrica de licores, se contempla un pueblo imprescindible.

De entre sus casas, surgen varios monumentos que bien merecen una visita. Entre ellos destacan la Torre del Reloj, la iglesia Nuestra Señora de la Asunción que combina varios estilos y tiene a Francisco de Goya como protagonista, y el Convento de las Clarisas de estilo barroco. Especial mención, escondida entre las viviendas, se encuentra la Plaza Mayor, un prodigio de la arquitectura. Soportales, edificios de tres plantas y balcones de madera son las bases de ese sueño real.

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Poco a poco, el fuego va dejando paso a la vida como si de un ave fénix se tratara. Abarcamos dos lugares especiales de agua en la Comunidad de Madrid, dos embalses perfectos para el descanso y la tranquilidad.

Un lugar de película es el embalse de El Atazar, que brota tras pasar la población de El Berrueco (M-127) al norte de Madrid. La M-133 es la carretera ideal para admirarlo porque a cada curva surge un mirador. En el kilómetro 11, encontramos la tercera instantánea. Este es un escenario de sinergias con la fantasía.

Parece que te encuentras en el lago de Hogwarts que retratan las películas de Harry Potter. Quizás incluso El Atazar lo supere en belleza, porque a veces la ficción permanece a la zaga de la realidad.

El otro “mar interior” es el de San Juan. En concreto, habrá que detenerse en la zona más desconocida, ubicada tras pasar el pueblo de San Martín de Valdeiglesias en la Sierra Oeste. Dejaremos atrás el Castillo de la Coracera y continuaremos por la estrecha carretera durante varios kilómetros hasta desembocar en un verdadero remanso de tranquilidad, aguas cristalinas y montañas precisas. Sin duda, creerás experimentar la sensación de trasladarte a una isla.

Llegó el momento de añadir color. Como en todo, la tierra es nuestro origen, algo imprescindible para nosotros mismos. Manzanares el Real entronca con ese pasado, la cuna de una región como es la Comunidad de Madrid. Entre los muros de sus espectacular castillo oteando el embalse de Santillana, se celebró el acto de constitución de la Región y la ponencia sobre su Estatuto de Autonomía. El patio porticado corresponde a Juan Guas y su galería gótica es sobresaliente. No obstante, la nueva fotografía imprescindible se ha tomado desde la azotea de la fortaleza con vistas a La Pedriza, una formación rocosa repleta de formas caprichosas única en el mundo.

Además, Manzanares es un lugar destacado para disfrutar de la astronomía.

Y del cielo, a la tierra de nuevo. Esta vez, entre campos de cereales surge un pueblo con un tradicional sabor castellano para los amantes de la gastronomía y el vino: Navalcarnero. Muchísimos monumentos y espacios de interés son los que lo enriquecen como la plaza Puerta del Sol, la de Alonso Arreo o el Parque Histórico Isabel I de Castilla. Tampoco podemos olvidar el engaño a la vista: los trampantojos. Lo que no es, parece. Las paredes mienten. En la Plaza V Centenario, podemos ver el mural que recuerda el Primer Concejo que se realizó y donde se firmó el Acta de Creación del Municipio. Hay muchos repartidos por la villa, te propongo elegir tu preferido.
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Pero sobre todo, el recuerdo plasmado en la fotografía corresponde a la Plaza de Segovia. Desde allí, lo religioso (Iglesia de la Asunción) se funde con lo civil (los tradicionales soportales).

Finalmente creemos que nos queda el aire como elemento natural. La laguna de Grande de Peñalara nos atrapa con facilidad. A ella se accede desde el Puerto de Cotos tras 45 minutos de paseo entre bosques y parajes de alta montaña. Tiene 350 metros de circunferencia y albergaba leyendas de seres acuáticos. Podría ser que un pariente del monstruo del lago Ness hubiera habitado las profundidades, aunque a decir verdad es más imaginación que realidad. Muy cerca la cumbre del macizo, el más alto de la Comunidad de Madrid con 2.248 metros de altura.

Seguimos nuestro vuelo para desvelar la octava panorámica. Desde el Puente del Perdón, admiramos el monasterio benedictino del Paular fundado por cinco monjes pobres en el año 1390. La arquitectura y el paisaje son excepcionales para respirar un “aire especial”. Podríamos encontrarnos en cualquier país septentrional, pero estamos al norte de la Comunidad Madrid, en las cumbres del Guadarrama, en el entorno del recién creado Parque Nacional.

Si la esencia reside en los elementos de la naturaleza, la perfección se encuentra en la magia. También la encontramos en la Comunidad de Madrid para completar esa particular “cuadratura del círculo” que incluso los alquimistas ansiaban. La ilusión nos llama, Patones de Arriba nos aguarda.

La llamaban la villa oculta porque pasó desapercibida ante los franceses durante la Guerra de Independencia. Quizás un nuevo mito porque existen documentos que demuestran que sí les pagaron tributos. Ya sea visible o invisible, los historiadores tampoco tienen claro otro concepto. ¿Dónde está El Dorado? Se encuentra protegido por la presa del Pontón de la Oliva. Es un pueblo de pizarra recostado sobre la montaña que vale un potosí, más que cualquier ciudad de oro imaginaria.

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Tan solo contemplar las viviendas ya es un placer, pero admirar la iglesia de San José o subir al cerro de la Bola constituyen una delicia sublime. Nada más entrar, olvidas el mundo y te fundes con la naturaleza. De hecho, aquí comienza “el camino de las cigüeñas”. Ese es el título de la campaña Mucho por Conocer (Guía Repsol) que puso a Patones en el mapa, es el inicio de un viaje a la ilusión. También la definen como la ciudad de Rohan de la Tierra Media porque el universo de El señor de los Anillos resurge de la imaginación y se plasma en este extremo de Madrid. En definitiva, muchos nombres para un mismo territorio.

Propongo tres sustantivos más: innovación, deseo y Arte. Así podríamos definir a Picasso. Buitrago del Lozoya cuenta con un museo que hace honor a este genio universal, pero no se trata de lo único que atesora esta villa ribereña de férreas murallas, imponente iglesia, sorprendente castillo e inigualable arco declarado Monumento Nacional. Retratarla es imposible incluso para la Compañía del Anillo que debió visitarla, ya que también aparece en los planos de la pequeña Tierra Media. La identifican con Bree, esa población donde Frodo conoce a Trancos por primera vez, pero para mí es la ciudad blanca: Minas Tirith. El décimo reino, la última panorámica, está tomada desde las murallas.

Olmeda de las Fuentes, Chinchón, San Juan, El Atazar, Manzanares El Real, Navalcarnero, Peñalara, el Paular, Patones de Arriba y Buitrago del Lozoya.

Fuego, agua, tierra y aire a la que se añade magia. Los elementos naturales impregnan la comunidad de Madrid. La envuelven, la engalanan y la cubren como un caramelo para crear un ambiente mágico y a la vez desconocido. Solo los curiosos serán capaces de encontrar esas maravillas que la Naturaleza y la Historia nos han regalado. No es necesario viajar a lugares lejanos, el paraíso está más cerca de lo que piensas. Y está esperando a que lo visites.

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Autor

Pablo Moreno

Licenciado en periodismo por la Universidad de Málaga, me encuentro elaborando una tesis doctoral sobre los informativos de radio españoles. Colaboro en el programa Hoy en Madrid Fin de Semana después de realizar prácticas en Onda Madrid. Me encanta la literatura y los viajes. Específicamente, me apasiona descubrir cada uno de los rincones que atesora nuestro país. Creatividad y originalidad son palabras que me definen.

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