La Ciudad de Madrid es rica en yacimientos paleontológicos anteriores a la aparición del ser humano.
Un ejemplo de ello es este Yacimiento de San Isidro; donde se ubica el Puente de Toledo habitaron faunas propias de un clima cálido y seco, destacando la abundancia de un tipo de rinoceronte sin cuernos que, al ser definidos aquí por primera vez, recibieron el nombre de Hispanotherium.