actividad hoy casi abandonada; la mayoría de la población activa se concentra en la construcción y los servicios. La zona es un foco de atracción para excursionistas y aficionados a los deportes náuticos sin motor.
Para los senderistas podemos indicar la ruta desde Mangirón baja hasta el embalse y la presa de El Villar (algo más de dos horas y media ida y vuelta)