Ruta que nos llevará descubrir la recuperación de una carbonera en su emplazamiento original en la dehesa supone un paso más en el empeño de mostrar la riqueza etnológica de la localidad.
La construcción de una carbonera era una de las tareas más complejas y sacrificadas en la vida diaria del pueblo. Un proceso largo y duro que empezaba con el sorteo del monte entre todos los vecinos. Este sorteo se repetía todos los años porque en la dehesa de La Hiruela había unas zonas de corta con mejor leña que otras. Había una corta por año y cada temporada se podían llegar a realizar unas 50 ó 60 carboneras.
La leña se cortaba en el invierno y se dejaba amontonada hasta la primavera. En mayo se cargaba con mulas y se llevaba hasta la hornera