ambos caminos toman direcciones distintas para coronar el puerto. Hacia el norte sube la ruta borbónica y hacia el noreste transcurre la vía romana. En este lugar comienza la verdadera ascensión hacia el puerto de la Fuenfría.
En los metros anteriores a este puente se pueden ver las huellas de la rodadura de los carros marcadas en la roca natural.
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