Plaza de Toros

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Se trata de uno de los coliseos taurinos más bellos y antiguos de cuantos hay en España, Francia, Portugal e Hispanoamérica, que viene a constatar la enorme afición a los toros que, desde tiempos remotos, arraigó en esta regia población Madrileña. Con sus más de 200 años es una de las pocas plazas de toros que quedan en pie del siglo XVIII, compartiendo esta singularidad con construcciones tan notables como la Maestranza de Sevilla o la de Ronda.

A mediados del siglo XVIII, cuando comenzaban a construirse las primeras plazas de toros permanentes, los vecinos de Aranjuez se adelantaron a casi todas las capitales de provincia y levantaron su primer coliseo taurino estable. Las obras, iniciadas en 1760, concluyeron en 1761, año en el que se inauguró esta primera plaza, cuya vida habría de ser muy breve, ya que no llegó a alcanzar el siglo siguiente.

En 1796, Carlos IV mandó construir la nueva plaza sobre la anterior.

Inaugurada el 14 de mayo de 1797, fue construida a imagen y semejanza (aunque en proporciones más reducidas) a la plaza de toros con que, a la sazón, contaba la capital de España, coso ubicado entonces junto a la Puerta de Alcalá. Es de planta circular, a excepción de un saliente rectangular que da cabida a los corrales.

Se encuentra emplazada en la prolongación de las calles Capitán y Almíbar, y en la actualidad, presenta un aforo capaz de dar albergue a algo más de nueve mil quinientas personas.

A finales del siglo XVIII y, sobre todo, a comienzos del siglo XIX, gracias a la enorme afición taurina de que hacía gala el rey Fernando VII, el coso de Aranjuez se convirtió en uno de los más destacados del planeta de los toros, por la importancia de los toreros y las ganaderías que se anunciaban en sus carteles.

Pero en 1809 fue destruido por un voraz incendio, y no fue levantado de nuevo hasta diez años después.

En efecto, en 1829, por orden del mencionado Fernando VII, el Real Patrimonio reconstruyó por completo este coliseo y cedió su propiedad al Ayuntamiento de Aranjuez, que a partir de entonces se hizo cargo de la gerencia y la conservación del edificio.

El día 30 de mayo de todos los años, festividad de San Fernando, en esta plaza se celebra un importante festejo taurino, que suele contar con las principales figuras del momento y con el ganado bravo que está en mejores condiciones. Tan señalada es esta corrida que en la plaza de toros Monumental las Ventas (Madrid), donde por esas fechas aún se celebra el ciclo de festejos de la Feria de San Isidro, se programa para dicho día 30 un espectáculo menor (generalmente una novillada), para que los muchos aficionados de la Corte que gusten de desplazarse a Aranjuez no se pierdan una corrida de toros de su abono isidril.

Además, Aranjuez celebra su propia feria taurina en el mes de septiembre, coincidiendo con las fiestas que conmemoran el famoso Motín en el que todo el pueblo asaltó el palacio de Godoy; para dar mayor realce histórico a esta conmemoración, se incluye en el programa una corrida Goyesca, que, a la singularidad característica de todas las de su género, añade la particularidad de que el público asistente suele haberse ataviado a la usanza de finales del siglo XVIII.

Fuente: Ayuntamiento de Aranjuez

Fotos de Plaza de Toros

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