adaptándose a los diferentes gustos y economías de cada etapa histórica. De tal modo que en algunos edificios se llegaron a encontrar restos de hasta cuatro revestimientos diferentes superpuestos. La conclusión fue clara: las fachadas de la plaza de Segovia desde por lo menos finales del siglo XVIII se enlucieron y pintaron de forma diferenciada. Información suficiente para que en esta intervención haya primado el criterio de diversidad sobre el de la uniformidad.
La restauración de la plaza se completó con el arreglo de los soportales