Plaza de San José
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Si algún rincón se identifica con la cultura popular es la plaza de San José, pues se levanta como un tributo al antiguo barrio que dio nombre al templo.
En esta plaza un mosaico de elementos miran hacia el interior, como cuidando con mimo su contenido. Entre ellos, la primitiva iglesia de San José que se erigió en 1668 en el mismo lugar donde existió el humilladero de la cruz de Aparicio. En el recuerdo está su peculiar ábside semicircular, el esbelto chapitel y su portada de piedra. El actual proyecto de reedificación pretende ser una imagen fiel del templo que desapareció tras la contienda Civil. Reconstruida en el año 2008 a partir de testimonios gráficos de la época.
En este espacio que se abre ante los ojos, el monumento al Labrador rinde un homenaje al navalcarnereño de siempre, ataviado con la ropa tradicional del lugareño y nacido al compás del trigo y la uva.
Para refrescar el paseo que mejor que hacer un alto en el caño de San José, situado en la cercana plazuela del Caño, el cual lleva abasteciendo de agua potable a la población desde 1.857, además en este rincón nos aguarda el pilón de San José, construido en memoria del que existió, hasta no hace mucho, en el mismo lugar.
Ya en el Paseo del Alparrache, se divisa el monumento de Hermanamiento con la ciudad de Segovia, en memoria de los orígenes de la villa. Y de la mano de este conocido paseo, en dirección al histórico camino de Casarrubios, nos acercamos a la cruz del Alparrache, como testimonio del cruce de caminos de Alparrache, Perales y Tirabuey.
Pero no podemos abandonar la plaza y el barrio de San José sin referirnos a sus fiestas. Asociadas a su historia, durante los días 18 y 19 de marzo de cada año este espacio se convierte en uno de los lugares más concurridos al cobijar las fiestas del Patrocinio.
Con el latido de las fiestas de fondo, la calle de Alemania se convierte en la siguiente guía para acercarnos al pozo de los Barrancos, un ejemplo más del llamado Navalcarnero del agua. A escasa distancia, la calle de Italia nos ofrece un paseo distinto a través del Vía Crucis de piedra y bronce, creación artística del escultor Faustino Sanz Herranz.
Fuente: Ayuntamiento de Navalcarnero