Fortines de la Guerra Civil en Navalagamella
Navalgamella quedó en el área afectada por los violentos combates desarrollados en Julio de 1937 durante la Batalla de Brunete, sufriendo la destrucción total o parcial del 75 % de sus edificios, incluidos el Ayuntamiento, la escuela de primeras letras, la Casa de Socorro, la ermita de San José, la casa rectoral y, hasta la caseta del transformador eléctrico.
Antes de dicha batalla, Navalagamella se había preparado emprendiendo la construcción de una serie de fortines dispersos por su término municipal. Así, por ejemplo, podemos encontrarnos con el pequeño fortín de planta ochavada semienterrado al final de la calle de San Sebastián y con el situado en la Ctra. M-510 casi a la entrada del pueblo formado por una trinchera anular que da acceso a una serie de nidos de ametralladora.
La mejor agrupación se ubica en la ladera occidental de un cerro a medio camino de las Casas del Horcajo y la de Alarcón, donde puede verse un acuartelamiento formado por una serie de construcciones escalonadas dispuestas en filas paralelas, a las que hay que añadir varias naves. Hay que destacar una construcción de planta cruciforme (posiblemente una capilla) que presenta en uno de los brazos del crucero una placa fechada el 19 de Noviembre de 1936 con el escudo falangista y la inscripción: JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA ¡PRESENTE¡.
También se construyó en el camino que va de la Casa del Horcajo a la de las Barranquillas, una fuente revestida de azulejería y presidida por un escudo falangista, con el yugo y las flechas en altorrelieve, con una inscripción en su base que la fecha el 4 de Septiembre de 1938.
Todas estas instalaciones tuvieron ocasión de emplearse durante la batalla antes mencionada.
Fuente: Ayuntamiento de Navalagamella