Escultura Condesa de Chinchón
En lo alto del municipio de Chinchón —que cuenta con 5.436 habitantes (según censo oficial de 2015)— perteneciente a la Provincia de Madrid y a la Comunidad Autónoma de: Madrid (España), se encuentra la esta escultura en homenaje a la Condesa de Chinchón.
El cuarto conde de Chinchón, Luis Jerónimo, fue virrey del Perú y su esposa la condesa Doña Francisca Enríquez de Rivera enfermó de paludismo en esas tierras americanas. Unos indios le dieron a tomar cierto brebaje que llamaban cascarilla, curándose con ello las fiebres. Se trataba de la quinina, único fármaco capaz de combatir con efectividad la terrible enfermedad del paludismo, también llamada malaria. La virreina se trajo a España la quinina, contribuyendo a su difusión en Europa a partir de 1632, con el nombre de “polvos de la condesa y, en Italia, como polvos de los jesuitas, porque ellos los introdujeron en ese país. El botánico sueco Linneo la registró en sus investigaciones, dándole el nombre de chinchona en honor de la condesa, con lo que Chinchón pasó de esta forma a la historia de la medicina y la botánica. Algunos tratadistas afirman que el nombre de quinina es una corrupción de chinchona, al pronunciarse la palabra con fonética italiana: cincina (chinchina), quinquina.
Otra condesa de Chinchón, María Teresa, es famosa porque fue pintada por Goya en una de sus obras maestras. María Teresa era esposa de Godoy pero el poderoso príncipe de la Paz no le hacía mucho caso, ya que se dedicaba con más asiduidad a Pepita Tudó. Esto le vino bien a la condesa, que no sufrió las iras del pueblo contra su esposo, al que tampoco siguió al exilio francés.