Ermita de San José de Navalagamella
Esta ermita tuvo que ser reconstruida por completo tras la Guerra Civil, aprovechándose los restos del templo anterior, formada por un arco de medio punto con las dovelas bien labradas, estaba dirigido hacia el oeste según la disposición canónica y abriendo un nuevo acceso en la fachada opuesta, encarada hacia el pueblo.
Esta última está realizada con muros de mampostería granítica rejuntada sobre un zócalo resaltado del mismo material, con refuerzos de sillería en huecos y esquinas, y se centra en una gran puerta en arco de medio punto recercada con molduras rectas y flanqueadas por tres huecos, dos alargados laterales y uno superior mas pequeño, igualmente arqueados y moldurados; rematándose el conjunto por una cornisa de ladrillo enfoscada y encalada que sigue las pendientes de la cubierta y que se corona por dos obuses (recuerdos permanentes de la guerra) en los extremos y una pequeña espadaña de ladrillo, con un arco de medio punto y un frontón triangular de remate en el centro.
En cuanto al interior presenta una sola nave, cubierta mediante una bóveda de cañon apoyada en cuatro arcos fajones de ladrillo, que la dividen en tres tramos semejantes.
Fuente: Ayuntamiento de Navalagamella