El Rastro

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El mercadillo del Rastro se instala entre las calles de Embajadores y Toledo, y tiene a la Ribera de Curtidores como eje principal; es la calle más ancha de todas las bajadas hacia la Ronda, y a ella van a desembocar multitud de pequeñas calles, llenas también de puestos al aire libre.

El término rastro hace referencia al rastro de sangre que dejaban en la calle las reses sacrificadas en los dos mataderos que existían en la zona. Ambos desaparecidos hace muchos años, han sido sustituidos por tenderetes de ropa, bolsos, libros y toda clase de objetos de segunda mano, donde puede encontrarse de todo, especialmente antigüedades.

El Rastro, una verdadera institución en el Madrid popular, podría ser un equivalente del mercado parisino de las Pulgas o del Portobello londinense. Comienza en la Plaza de Cascorro, donde se levanta el monumento a Eloy Gonzalo, un héroe madrileño de la batalla de Cascorro, durante la guerra de Cuba.

El mercado desciende hacia el sur por la Ribera de Curtidores, extendiéndose a las calles y plazas laterales como Vara del Rey, Carlos Arniches, San Cayetano y Fray Ceferino González.

Cada zona del amplio bazar está especializada en la venta de determinados productos. En San Cayetano, por ejemplo, se venden pinturas y grabados, mientras que Fray Ceferino es la calle de los pájaros. En la Plaza General Vara del Rey se instalan los puestos de muebles, cuadros y otras antigüedades que comparten terreno con ropas y prendas de baratillo, y más abajo los puestos de discos y libros.

De la plaza de Vara del Rey descienden hacia la ronda de Atocha las calles de Carlos Arniches y Mira el Río Baja, ambas nos llevarán a la plaza del Campillo Nuevo, a las mismas puertas del viejo Mercado de Pescados convertido hoy en centro comercial de objetos de diseño y ocio.

Conviene visitar el Rastro el domingo o cualquier día festivo a hora temprana de la mañana, ya que a partir de las doce del mediodía se forma una verdadera riada humana que inunda el lugar que comienza a vaciarse de gente y tenderetes a partir de las dos y media. En casi todos los comercios se puede regatear a la hora de establecer los precios de compra.

Fotos de El Rastro

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