Talamanca de Jarama

El municipio de Talamanca de Jarama está situado a 46 km de la ciudad de Madrid, junto a la cuenca del río Jarama, y al noroeste de la región madrileña. Dentro de la zona de turismo de Madrid de la Cuenca del Medio Jarama, está situado a 654 metros sobre el nivel del mar y tiene una superficie de 39,39 km2.

Su típica arquitectura rural es característica de las zonas de vega: tapial, adobe y entramados de madera. La localidd presume de haber sido junto con Madrid y Toledo una de las capitales del imperio de Carlos I.

Muy cerca del núcleo urbano se alza el edificio emblemático de la cartuja de los monjes del monasterio de El Paular, conjunto de considerables dimensiones. Esta edificación de dos plantas fue construida en el siglo XVII, con diversas dependencias distribuidas en torno a un gran patio en forma de L: la casa de Labor de los Cartujos, un edificio creado como granero y bodega para los monjes, en el sótano, cubierta por bóvedas de ladrillo; la fábrica, que está construida con mampostería de cantos rodados en cajas de ladrillos y la capilla, decorada en su totalidad con pinturas al fresco, que es un siglo posterior. Ligada a la cartuja aparece la bodega del Arrabal, al borde del arroyo de Valdejudíos. Edificación del siglo XVIII excavada en la ladera, ofrece tres cuerpos escalonados, siendo el inferior el más característico, con un frontón curvilíneo y óculo ciego en el centro.

Vecina a la cartuja se encuentra la iglesia parroquial de San Juan Bautista. Templo del siglo XIII, el ábside románico magníficamente tallado es el único resto de aquella época. Es un ejemplar románico único en toda la región madrileña. El resto de la iglesia es ya del siglo XVI. En el interior cuenta con tres naves, las laterales son muy estrechas. La cubierta de nave central es de armadura morisca ochavada de par y nudillo. En el pavimento se encuentran losas sepulcrales de familias hidalgas. Conserva una pila románica y otra gótica. Tiene una torre mudéjar.

En el centro urbano la breve cuesta que sube por la Tostonera permite acceder a la plaza de la Constitución, irregular y tranquilo espacio urbano en el que se levanta esquinado el ábside de los Milagros. Ejemplo de arquitectura mudéjar existente en Madrid, venerable resto de la antigua iglesia de los Milagros, con su ábside románico y mudéjar, de los siglo XIII y XIV, construcción semicircular precedida por un pequeño tramo recto, realizada mediante un soberbio trabajo en el ladrillo: tres bandas de arcos ciegos superpuestos de forma que el apoyo de los superiores se realiza sobre la clave de los inferiores, un sistema muy similar a la famosa iglesia de San Tirso de Sahagún.

Otro punto de interés es el Ayuntamiento que ocupa las antiguas caballerizas del duque de Osuna, construidas en el siglo XVIII. La planta baja es una gran nave dividida por dos hileras de columnas toscanas de piedra caliza.

Pero hallaremos además otras huellas en las calles talamanquesas: los restos visigodos que podemos ver en el muro de la iglesia, en las mismas murallas o en el cementerio nos dan pistas sobre la pervivencia de la población durante la alta edad media.

Conviene acercarse al puente romano, en una bonita chopera ordenada como parque. Es un magnífico ejemplo de puente medieval de origen romano, situado en la ruta del Jarama, aunque el río ya no pasa bajo sus arcos. Cuenta con un gran arco central y otros cuatro menores que le flanquean en dirección noroeste. También podemos admirar la calzada de la época romana.

Hay que tener en cuenta que Talamanca fue, durante casi cuatro siglos, centro religioso, administrativo y militar de los árabes. De ahí que, además de la influencia notoria en otras construcciones, nos hayan dejado también restos de su muralla, de los siglos XII a XIII, y de algunos torreones.

El fundador de Madrid, Muhaminad I, amuralló Talamanca como plaza adelantada en la Marca Media, despoblado territorio entre cristianos y musulmanes. En previsión de riesgos, la frontera del Jarama y el camino hacia Somosierra fueron jalonados por una serie de atalayas, torres vigías que ponían en alerta de previsibles razzias llegadas desde el norte. De esta red óptica se conservan cuatro de las atalayas en El Vellón, Torrelaguna, El Berrueco y Venturada. Distan aproximadamente cinco kilómetros entre ellas y son construcciones aisladas, de gruesos muros y planta circular, con seis metros de diámetro y nueve de altura. Eran más altas, no menos de 13 metros, pero fueron desmochadas durante la época de los Reyes Católicos. Elementos defensivos complementarios de los castillos y ciudades amuralladas, disponían de destacamentos con 10 o 12 hombres que pernoctaban en las estancias distribuidas por los tres pisos de la torre. Se accedía a ellas por un hueco adintelado situado en alto.

En la actualidad en Talamanca han desaparecido la mayor parte de los lienzos de la muralla, manteniéndose en la zona oeste dos paños de gran altura y otros dos sólidos torreones cuadrados en las puertas que miran al sur y el oeste. Queda también, como testigo de este pasado, la llamada puerta de la Tostonera, hecha de mampostería con verdugadas de ladrillo.

Saliendo ya del casco urbano, Talamanca cuenta con un entorno digno de mención; sus amplias llanuras cerealísticas, con sus avutardas y aves esteparias, las alamedas del río Jarama o las áreas recreativas del puente Romano y Huelga de San Bartolomé, son buen ejemplo de ello. Cuenta además con algunas rutas de senderismo, como son las que parten de la villa hacia El Casar, El Vellón, Torrelaguna o Valdetorres; y también se puede practicar piragüismo en este término.

A comienzos del XVIII el riesgo de despoblado en Talamanca era tal que el duque de Béjar se esforzó en repoblarla. Llegó incluso a pensar en una compañía de comercio a imagen y semejanza del Nuevo Baztán de Goyeneche, que en este caso se llamaría Nueva Navarra. Y quería utilizar la muralla como material para las nuevas casas de los colonos que producirían azúcar, cacao, cera, papel, lencería, paños finos… Finalmente no se llevó a cabo a pesar de gozar del apoyo real.

Información útil
Ayuntamiento. Tel. 918 41 70 07

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