Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Valdemorillo
Al visitante que llega por primera vez a Valdemorillo le aparece como extraordinario regalo para la vista la masa imponente de su iglesia. Recia por fuera con sus muros que delatan el origen caballeresco del castillo-convento de los templarios.
Delicada por dentro con sus admirables bóvedas góticas de entrelazados arcos, testigos del gusto exquisito de aquellos que terminaron una nave digna de una catedral en el 1601.
Pero, mas allá del arte y de los acontecimientos históricos, este templo es el testimonio de un pueblo. Si un pueblo serrano como este que, durante mucho tiempo fue labriego y ganadero, tiene un monumento de tal categoría es porque la fe de sus gentes irradio en todos su alrededores. Recordemos que la iglesia de Valdemorillo fue cabeza de once parroquias y tuvo siete ermitas.
A pesar de los avatares de la historia, las grandes tradiciones de la fe popular han permanecido en esta nave bien arraigada en su roca. testimonio de ello son la presencia viva de sus Hermandades, especialmente la del Señor que al menos desde 1568 se esfuerza en dar culto a la Eucaristía
Prueba también las raíces cristianas de este pueblo, la devoción a la virgen de Valmayor: Nuestra señora de la Esperanza, que a lo largo del mes de mayo recibe el homenaje de sus fieles, homenaje que culmina en su espléndida romería.
No podemos olvidar tampoco las festividades celebradas en honor de la Virgen de la Candelaria, en su ermita de San Juan, y en honor de San Blas, en que el santo patrón es acompañado por las mas diversas muestras de cariño.
Los cristianos de Valdemorillo saben muy bien que si su iglesia es preciosa es “porque tiene alma” y esto sólo es posible en la medida en que cada uno vive su compromiso cristiano de bautizado.
Hagamos un recorrido por la iglesia
La mayoría de las iglesias están construidas no de forma aleatoria sino siguiendo unos cánones. La parte de la cabecera se sitúa hacía el Este, de tal modo que todos los creyentes que participan en la celebración están mirando en esa dirección. La razón es que hacia el Este se encuentra Jerusalén. Del este sale también el sol, que re presentando a Jesucristo, expresa que el poder de la luz consigue vencer a las tinieblas.
Teniendo en cuenta esto muy frecuentemente las iglesias construían la puerta principal en el oeste, al lado opuesto, pero hacían otra en el sur. La razón es puramente práctica: esta fachada es mucho más cálida que cualquier otra.
La iglesia de Valdemorillo se fue construyendo en diversas etapas la última fase de construcción concluyó en el 1601.
Hasta 1543 esta parte de la iglesia tenía una techumbre de madera, pero en este año se produjo un incendio que lo destruyó. Fue el párroco Pedro de Cárdena quien decidió reconstruir esta parte siguiendo el proyecto de Bartolomé de Elorriaga que trabajó con Herrera en el monasterio. Pedro de Cárdena venia de el Escorial y por tanto, casi con toda seguridad, debía saber que allí se estaban terminando las obras y que se podía contratar los mismos canteros que estaban siendo despedidos al concluir esta obra.
Al reconstruir la nave se la quiso ampliar a lo ancho, por esta razón fue necesario sacar los contrafuertes hacia fiera.
En la fachada este podemos comprobar cómo la capilla principal tuvo varias fases. Por una parte tuvo varias alturas como se aprecia por los distintos tipos de piedras utilizadas. Pero es muy posible que incluso se ampliara a lo ancho como lo pone de manifiesto el que la ventana abocinada este desplazada del centro.
Sin duda la parte inferior del muro que está hecho de piedra de mampostería es el más antiguo. Hay quien dice que perteneció a una primitiva iglesia mozárabe en el siglo VIII a donde los habitantes de Titulcia habrían traído los restos de sus santos mártires (Fibriano y Filiberto), cuando huían de la invasión árabe.
Junto a esa iglesia se construyó la torre de defensa en el siglo XII. De ese modo pretendían defender lo más valioso para aquellos cristianos: su iglesia. Esta torre de defensa posteriormente se levantó y se convirtió en campanario
Más tarde se levantó también la capilla principal. Y por fin se concluyó la iglesia con el añadido de Elorriaga.
A este conjunto se le añadió otro edificio en el 1676 tal como indica la fecha grabada en el sillar.
La fachada Oeste es de estilo típicamente herreriano Recordemos que quien la diseñó, Bartolomé Elorriaga trabajó con Juan de Herrera, el arquitecto del monasterio de San Lorenzo.
Es muy parecida a la fachada de la parroquia de El Escorial, aunque a esta le falta una torre.
Nada más entrar en la iglesia nos encontramos con un rincón precioso: la capilla bautismal. En ella encontramos una pila de bautismo del siglo XVIII.
Su presencia aquí, al principio de la iglesia nos recuerda que este es el primer paso en la vida del cristiano: para poder entrar en la Iglesia entendida como la reunión de todos los cristianos, es necesario pasar por el sacramento del bautismo.
Cuando se entra por la puerta sur de la iglesia nos encontramos con una pila que hace juego con esta: la pila de agua bendita. Aquella es más pequeña pero está decorada con los mismos motivos que esta más grande No es una pila para bautizar pero sí es una pila que nos recuerda que hemos sido bautizados: al entrar en la iglesia por la entrada más habitual hacemos sobre nosotros la señal de la cruz con agua bendita.
Mirando hacía arriba descubrimos una curiosa información En primer lugar, en la bóveda de encima del coro de derecha a izquierda leemos: ACABOSE AÑO 1601 . De delante a atrás vemos los anagramas de María, Jesús y José. El esfuerzo en la historia y la fe se entre cruzan en esta bóveda.
En la siguiente podemos descubrir diversos signos. Muchos de ellos hacen referencia a la pasión de Jesús: látigos, unos clavos, tenazas y martillo, una corona de espinas, unas escaleras un corazón traspasado,…
También vemos otros signos: unas llaves, recordando que Jesús le dio a Pedro las llaves del Reino, la cruz de los templarios con ángulos de 36°,.. y en el centro un jarrón con cinco flores que representan a María. Es importante recordar este detalle, porque en la primera bóveda volveremos a ver este mismo símbolo. De este modo se nos recuerda que desde el Principio hasta el final la iglesia está consagrada a la Virgen.
Desde aquí se puede observar cómo la iglesia está torcida, como consecuencia de sus distintas fases en la construcción.
En la segunda bóveda la clave central es la cruz de Jerusalén. El resto de los motivos de esta bóveda y de la siguiente parecen sen flores.
En el centro de la capilla gótica encontramos el símbolo de Maria en esas cinco flores. La bóveda primera es típicamente gótica. La 2ª, 3a y 4º están hechas en un momento en el que el gótico está desapareciendo pero seguramente se sigue construyendo con el mismo estilo con la pretensión de no romper la armonía interior.
En la capilla principal llama nuestra atención el retablo. Esta compuesto de cuatro alturas; abajo encontramos el sagrario, lugar donde se reserva el Cuerpo de Cristo después de la Misa. En un segundo plano una pintura representando el milagro que hizo san Blas, Nuestra Señora de la Asunción (titular de la parroquia) y a la derecha otra pintura que representa el martirio de San Blas. Más arriba vemos un precioso calvario del siglo XVII Y coronando todo un triángulo signo de Dios Padre en donde vemos también el Espíritu Santo.
Si comenzábamos entrando en la iglesia recordando el comienzo de la vida cristiana, recordamos aquí el final: la muerte. Frecuentemente el interior de las iglesias era utilizado como cementerio. En muchas ocasiones al comprar una sepultura el dinero podía ser utilizado para la construcción de la iglesia.
Podemos observar cinco lápidas de cinco antiguas sepulturas. Quizá han permanecido sólo aquellas que pertenecieron a Personajes más ilustres socialmente: estos que están aquí son antiguos párrocos de Valdemorillo que a su vez ocupaban algunos cargos de relevancia en la Iglesia. Sin embargo, llegado este momento todos los hombres son iguales. La muerte es la expresión más palpable de que Dios trata a todos los hombres por igual, y para él lo más importante no será las riquezas que hayamos conseguido en este mundo sino las buenas obras que podamos llevar en nuestras manos.
Desde el centro de la iglesia se puede observar el conjunto de la iglesia, la antigua torre de defensa, la capilla gótica, la ampliación para terminar en 1601. Un extraordinario conjunto de piedra en el que la historia ha ido dejando su huella. Cada generación de cristianos ha ido aportando su esfuerzo para construir este hermoso edificio.
Es verdad que no tiene la belleza de un edificio construido de una vez, pero si tiene la hermosura de reflejar el paso de la fe a través de los años en las diversas generaciones de Valdemorillo.
De este modo el conjunto de la iglesia se convierte en un signo de lo que somos los cristianos. Cada una de las piedras que forman este edificio representa a un cristiano. Todos colaboramos en construir la Iglesia, pero la Iglesia como la familia de los hijos de Dios. Por eso quizá nos venga bien recordar que nuestra parroquia está sin terminar, del mismo modo que le falta una torre, le falta también el esfuerzo de cada uno de nosotros.
Fuente: Archimadrid.es
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