Calle de la Reina

El origen de la Calle de la Reina de Aranjuez se remonta cinco siglos atrás. Aún era príncipe Felipe II cuando en 1593 comenzaron los trabajos de la calle grande bajo la dirección del arquitecto Luis de la Vega y su sobrino Gaspar. La calle, que fue siempre uno de los favoritos del rey, unía el Palacio Real con el río Tajo y vio crecer, años más tarde el jardín del Príncipe.

A lo largo de su historia, lo han poblado diferentes especies de árboles. A la primera plantación de chopos del siglo XVI le sucedieron álamos negros en el siglo XVII, pero sin duda la especie estrella es el plátano, a la que debe su belleza actual.

La singularidad de este paseo arbolado radica en la simetría de sus trazados, en sus proporciones y en doble alineación de árboles regados por acequia. La calle de la Reina se ha distinguido siempre por su magnificencia y frondosidad, cuenta con más de 3 kilómetros de longitud, y dos extraordinarias plazas denominadas por su formas: Redonda y Cuadrada. En sus márgenes habitan más de mil plátanos y otros doscientos pies de especies como el tilo o el castaño. En primavera los plátanos centenarios apenas permiten que entre el sol. En otoño se viste color cobrizo y una alfombra de hojas doradas la convierten en un monumento natural único.

El Ayuntamiento de Aranjuez ha querido recuperar el esplendor de esta calle y su historia. A través de un proyecto Life se ha actuado sobre el arbolado mediante el sistema tradicional de poda a trepa, se han repoblado las alineaciones respetando el marco histórico de plantación y se han recuperado las acequias y arquetas de riego.

Otros tratamientos como el arreglo de los paseos, el asfaltado y el alumbrado, tienen como objetivo potenciar un uso sostenible por parte de la población y han conseguido recuperar uno de los paseos emblemáticos de Aranjuez. La tecnología se ha unido al proyecto: cada árbol cuenta con un microchip que permite un control informatizado.

Fotos de Calle de la Reina